Hace unos meses hablábamos de la historia de tres mujeres afroamericanas que hicieron posible el proyecto Mercury (enlace) y que abrieron el camino para que otras, en instituciones hasta ese momento vetadas para el género femenino como la propia NASA, pudieran desarrollar su carrera profesional.
Esta historia vio la luz en la gran pantalla mediante la película Figuras Ocultas y es que, el cine y la televisión nos permiten conocer historias que han quedado en el olvido y que sin embargo, deberían haber tenido un reconocimiento más que indiscutible. Otro ejemplo es la serie de Netflix “Las chicas del cable” que se estrenó este año y cuyo éxito ha sido tan rotundo que en diciembre estrenarán su segunda temporada y en el 2018, una tercera. En ella se refleja el papel de la mujer en el siglo XX, en pleno apogeo de las telecomunicaciones, donde día a día se enfrentaban a retos por el simple hecho de ser mujer.
Hasta hace relativamente poco, las mujeres no podían acceder a ciertos puestos de trabajo, no podían estudiar carreras como ingeniería y debían desempeñar puestos en la mayoría de los casos por debajo de sus aptitudes. Ha sido gracias al papel de féminas como Christine Darden, que hoy en día las cosas son bastante diferentes.
Christine y su “Sonic Boom”
Esta matemática e ingeniera aeronáutica, que hace unos días cumplía años, sintió la llamada de las matemáticas con solo 3 años. Enfocó su carrera universitaria hacia la física y mientras daba clase de matemáticas, se convirtió en asistente de investigación en física de aerosoles.
Fue ese mismo año, en 1967, cuando consiguió un trabajo como analista de datos en el Langley Research Center de la NASA. Su función era realizar cálculos como si se tratase de una “computadora humana”. Sin embargo, Christine quería ir más allá. No se lo pensó dos veces y se enfrentó al director del centro, argumentado que como una mujer teniendo la misma preparación y formación que un hombre, no tenía ninguna opción de ascender. El resultado fue que se convirtió en la primera mujer afroamericana ingeniera del Centro Langley.
Ya en el departamento de ingenieros se le encargó llevar a cabo un programa relacionado con la explosión sónica conocida como el “Sonic Boom” que ha traído de cabeza a la NASA hasta el 2011. El objetivo era conseguir disminuir los efectos negativos de este tipo de vuelos en la capa de ozono, la contaminación acústica y los posibles desperfectos que se producían en el entorno.
Durante 20 años estuvo dedicada al estudio del “Sonic Boom”, llegando a ser jefa de la división. También fue responsable de investigación del tráfico aéreo y de otros programas de la NASA, acumulando unos 40 años de carrera profesional dentro de la agencia.
A nivel mundial, Christine Darden es toda una referencia en la explosión sónica y cuenta con más de 50 trabajos publicados que incluyen cientos de cálculos, diseños y prototipos.
Christine Darden, primera mujer afroamericana en el Langley Research Center de la NASA promocionada al Senior Executive Service (el rango superior en la función pública federales), es otro ejemplo más de mujer luchadora en un entorno donde tenía todo en contra. No solo consiguió estar donde se merecía sino ir más allá, cambiando las normas de su época. Y es que por conocer historias como esta, seguiremos descubriendo más figuras ocultas.