Edith Clarke

Edith Clarke, la primera mujer en una y mil cosas

El 10 de febrero de 1883 nació Edith Clarke quien logró varios hitos importantes para las mujeres, especialmente en el campo de la ingeniería eléctrica.

Su infancia

Se crió en Maryland juntos a sus padres y sus ocho hermanos, en una familia con cierta solvencia económica. Desafortunadamente a los 12 años quedó huérfana siendo su hermana mayor quien se hizo cargo de ella. La herencia que recibió le sirvió para poder financiarse sus estudios en el Vassar College a pesar de no contar con el beneplácito de su familia.

Empezaba a romper los moldes que marcaba la sociedad de aquella época, no había muchas mujeres universitarias por entonces. Decidió formarse en matemáticas y astronomía, optando claramente por una rama tecno-científica. Quizás ella no fuera consciente en aquel momento pero esto marcaría el devenir de su vida. Clarke demostró que tenía aptitudes de sobra llegando a ser miembro de Phi Betta Kappa, una sociedad honorífica para estudiantes con capacidades académicas sobresalientes.

Su trayectoria profesional

Inicialmente tras graduarse se dedicó a la enseñanza pero Edith estaba deseosa de poner en práctica todos los conocimientos que había adquirido, su función en el aula se le quedaba corta.

Continuó formándose y en 1911 logró su primer trabajo en el campo de la ingeniería, en la empresa ATT donde se dedicó a investigar sobre las líneas de transmisión y los circuitos eléctricos.

Tal era la pasión por su trabajo que en 1918 ingresó en el MIT donde se convirtió en la primera mujer en obtener la Maestría en Ingeniería Eléctrica.

Posteriormente empezó a trabajar para General Electric (GE) donde ejercía de «calculadora» humana y supervisaba a un grupo de mujeres dedicadas a realizar cálculos matemáticos. Durante ese periodo, en paralelo, desarrolló la calculadora gráfica que acabaría patentando en 1921. Años más tarde su invento fue comercializado por Casio, simplificando los cálculos de muchas personas.

En su puesto en GE no ejercía de ingeniera como tal, por lo que tomó la decisión de pedir una excedencia y marcharse a Turquía para enseñar física a mujeres. Regresó a GE, esta vez en un cargo a su altura. Su trabajo le resultaba tan apasionante que no dejó la empresa hasta su jubilación.

Edith Clarke fue la primera mujer en muchas cosas. El primer artículo científico presentado por una mujer en el Instituto Americano de Ingenieros Eléctricos fue cosa suya. También fue la primera profesora de Ingeniería Eléctrica en Estados Unidos cuando entró a trabajar en la Universidad de Texas. En una ocasión declaró: «No existe una demanda de ingenieras como tal, como sí existe para doctoras; pero siempre existe demanda de quien puede hacer un buen trabajo.» Dejando claro que la profesionalidad es lo que debe primar por encima del género.

El camino que Clarke recorrió no estuvo libre de obstáculos pero gracias la pasión por su trabajo allanó las piedras que se fue encontrando, consiguiendo el reconocimiento y respeto de sus compañeros.

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