Estamos rodeados de objetos que tenemos tan integrados en nuestro día a día que rara vez nos paramos a pensar cómo se hacían determinadas cosas antes de que existieran. Este es el caso de los limpiaparabrisas de los coches. ¿Qué se hacía antes cuando llovía mientras íbamos conduciendo? O cuando cualquier imprevisto como tierra, insectos, etc., impedía ver bien a través del cristal.¿Alguna vez te lo habías preguntado? Nos tenemos que remontar a inicios del siglo XX y conocer la historia de Mary Anderson para descubrir cómo surgió el limpiaparabrisas.
Quién es Mary Anderson
Mary Anderson nació el 19 de febrero de 1866 en el Condado de Greene, Alabama. Su padre falleció cuando ella solo tenía 4 años, aun así continuaron viviendo en el rancho familiar.
En 1889, se trasladó junto a su madre y hermana a Birmingham. Aquí empezó a mostrar su espíritu emprendedor. Se convirtió en propietaria de los apartamentos Fairmont y promotora inmobiliaria. En ellos residía la familia, pero además Mary se dedicaba a la gestión de los alquileres del resto de viviendas.
Durante 5 años, de 1893 a 1898, se mudó a California donde puso en práctica lo aprendido en su infancia cuando vivía en el rancho. Allí estuvo a cargo de un rancho y un viñedo.
Se le conoce como la inventora del limpiaparabrisas, aunque no fue algo de lo que pudiera obtener rendimiento económico. Tras el invento continúo con su vida como promotora inmobiliaria.
Ayer, 27 de junio, se cumplieron 70 años de su fallecimiento. En sus últimos años continuó a cargo de la gestión de los apartamentos Fairmont.
Cómo surgió la idea
En 1902, Mary se desplazaba por Nueva York en tranvía. Aquel día el tiempo no acompañaba en absoluto, nevaba a base de bien. Continuamente la visión del maquinista se bloqueaba porque los cristales quedaban cubiertos de nieve. Por aquel entonces no existía ningún tipo de sistema que ayudara a la limpieza. Aunque algunos vehículos contaban con parabrisas que se dividían en secciones que podían abrirse para que escurriera el agua y la nieve. Esto no siempre era suficiente y, además, suponía que los pasajeros pasaran frío. La mayor parte de las veces la forma de solventar esta situación era tan arcaica como tener que detener el tren, el conductor salía y lo limpiaba manualmente. Lógicamente, cada parada implicaba que el retraso para llegar a destino fuera aumentando.
Mary mientras presenciaba la situación empezó a pensar que debería existir alguna forma de agilizar cómo se limpiaban los parabrisas. Siguió dándole vueltas al asunto hasta que ideó una solución.
El invento del limpiaparabrisas
Cuando regresó a Birmingham empezó a trabajar en el sistema de limpieza que había estado ideando desde su viaje en tranvía. Era similar a los actuales limpiaparabrisas, accionado manualmente por una palanca desde el interior del vehículo. Dicha palanca lo que hacía era mover un único brazo de metal en dos sentidos, de forma que se cubriera toda la superficie. Gracias a la colocación estratégica de un contrapeso se aseguraba el contacto entre la lámina de goma que tenía el brazo y el cristal, consiguiendo así eliminar cualquier residuo que hubiera.
En noviembre de 1903 Mary Anderson había terminado de darle forma al invento y pudo patentarlo. En esa época se registraron otras patentes de sistemas de limpieza. Aunque ninguno era tan sencillo ni eficiente como el suyo.
Quiso vender la idea a una empresa canadiense, pero su invento fue rechazado, bajo el pretexto de que no era algo que fuera a tener tirón comercial. Además, algunos ponían en tela de juicio la seguridad vial del sistema porque creían que podría ser una distracción para el conductor y acabar produciendo accidentes. El hecho de que fuera una mujer quien estaba detrás tampoco ayudaba. Mary no siguió intentando su comercialización.
Fue Ford quien lanzó el primer modelo de coche que incluía limpiaparabrisas. Nunca ha quedado claro si era conocedor del invento de Mary o no. Poco a poco, el tener vehículo propio se fue popularizando y se fue normalizando la incorporación del limpiaparabrisas. Otras marcas de coches fabricaban modelos de limpiadores basados en el diseño de Anderson. En 1913 el limpiaparabrisas era un elemento más de todos los tranvías y en 1916 todos los automóviles lo incorporaban. Pese a ello, Mary nunca logró beneficio económico de su invento.
Como curiosidad, otra mujer fue quien inventó el primer sistema eléctrico de limpiaparabrisas, Charlotte Bridgwood.
A Mary Anderson el reconocimiento le llegó tarde, como desgraciadamente les pasa a muchas mujeres inventoras. Pero al menos hoy en día la invención del limpiaparabrisas se le atribuye a ella y, por ello, fue incluida en el Salón de la Fama de los Inventores de Estados Unidos en 2011. También es un ejemplo de que uno puede acabar pasando a la historia de forma totalmente inesperada. Ni se dedicaba, ni se dedicó después, al sector del automóvil, pero un viaje en tranvía lo cambió todo.
La imagen destacada que abre esta publicación es de Wikipedia:
Es una imagen creada usando inteligencia artificial porque por años las mujeres han sido borradas de la historia. Representa el momento en el que Mary Anderson firma la patente de su invento, el limpiaparabrisas.